hola a tod@s,
El siguiente post de este gran tema, “puesta a punto”, está dedicado a la dieta. Esa gran batalla que ponemos en marcha, varias veces al año y que en muchas ocasiones termina en frustraciones, efectos rebote, cansancio, malos hábitos, etc.
Foto realizada por Fernado Baños y estilismo por Flor Vaquero.
Por lo que os daré unos cuantos consejos para que esta vez, en lugar de ponernos a dieta, “logremos cambiar hábitos” que nos establezcan en nuestro peso ideal y nos ayuden a reconciliarnos con la comida:
1. Aprender sobre los alimentos y los efectos que ejercen en nuestro cuerpo.
Cuanto mejor sepamos lo que comemos, mayor control tendremos sobre nuestras necesidades nutricionales. Para ello es bueno apuntar en un diario qué comemos durante varios días, analizar cuántas calorías ingerimos, que comida nos es mas indigesta, cuántas veces comemos al día, etc. Si registramos durante un tiempo los alimentos que tomamos y cómo evolucionan en nuestro cuerpo (peso y grasa corporal), conoceremos con más precisión nuestro metabolismo y gasto energético real.
2. Hacer una dieta de “comida real”.
Es decir, escoger una dieta que conlleve alimentos naturales sin procesar, ricos en fibra, proteínas, grasas saludables e hidratos de carbono de absorción lenta. Que permitan que el cuerpo no pase hambre y que podamos no tener que recurrir a los suplementos alimenticios. Es decir, “comer sano y en las cantidades necesarias para poder realizar nuestras rutinas diarias”.
3. Ser honestos y mejorar nuestros hábitos.
Normalmente comemos peor de lo que pensamos… De esto nos daremos cuenta al hacer un registro de nuestras comidas y repasarlas mas tarde, pues la mente recuerda fácilmente nuestras ingestas saludables pero no las menos saludables. Por ello, una vez hagamos una valoración real de lo que comemos, podremos saber qué cambios tenemos que realizar en nuestra dieta (reducir las calorías, cambiar hidratos de carbono de absorción rápida por los de absorción lenta, eliminar azúcares simples, aumentar las grasas saludables…).
4. Tener claro el objetivo y observar su evolución.
Una vez pongamos en marcha nuestra dieta debemos saber qué peso queremos alcanzar y tener un registro diario y semanal de cómo estamos llevando el proceso en la realización de nuestra dieta. Para así asegurarnos su eficacia, corregir nuestros fallos y generar adherencia a nuestra nueva forma de comer. Pero siempre sin llegar a la “obsesión” o la extrema exigencia, pues eso puede provocar ansiedad y que ésta nos lleve a cometer errores como los llamados “atracones”.
La mejor dieta es aquella que nos lleva a comer sano, que nos conduce a consumir “comida real” que nutre y hace sentir bien a nuestro organismo. Sólo de esta forma conseguiremos que el hecho de comer sano, sea una forma de vida y no una dieta impuesta. Sólo de esta manera conseguiremos tener un cuerpo saludable que se aprecie empezando por uno mismo, y termine reflejándose en el espejo.



besos!